viernes, 17 de agosto de 2012

El sistema de partidos en España. ¿Un posible cambio? (II)


2. Del pluralismo moderado al Partido Dominante.
Tras los comicios electorales de 1982, el sistema de partidos inaugura un nuevo periodo que estará vigente poco más de una década y al que hemos de denominar Partido dominante. Como advertimos en el anterior capítulo, las razones primigenias que explican este cambio de sistema se asientan en dos factores principalmente. Por un lado, el considerable descenso  en votos sufrido por la Coalición de partidos UCD junto con el PCE coadyuvó al crecimiento desorbitado en término de votos, que los Socialistas  protagonizaron durante las elecciones generales de 1982.  Hay que añadir que el vendaval socialista estuvo arropado por una alta movilización del electorado que rondaba el 80% de participación. El PSOE incrementó su base electoral en 4 millones de votos (48,1)  a los 6 millones con los que ya contaba lo que le supone un 58% de la representación parlamentaria[1].

Entre 1982 y 1996 se sucederán 4 legislaturas encarnadas por gobiernos socialistas cuya cabeza visible fue Felipe González. La oferta partidista se limitaba a un partido (PSOE) con verdaderas aspiraciones de gobierno dado que el competidor más cercano se hallaba  en la figura de AP tras la desaparición de UCD unido a la reconversión del espectro político de la derecha española preocupada más por su viraje hacia el centro que por hacerse con el gobierno. El huracán socialista va a propiciar el hundimiento progresivo del PCE mermando en sus apoyos electorales a partir de 1982 hasta 1989  obteniendo el 4% y el 4,6 % de los votos en 1982 y en 1986 respectivamente[2]. En los comicios de 1989 el PCE aprovecha el desgate del gobierno socialista y araña unos cuantos miles de votos provenientes del PSOE pasando de 4,6% al 9,1 % de los votos. Esta situación allano el camino para que el PSOE se entronice como el Partido Dominante  sin competidor ni por la izquierda ni por la derecha aunque en sucesivas citas electorales, como ya hemos apuntado., desde 1982 hasta 1993 el vendaval socialista va ir progresivamente perdiendo votos a favor de otras fuerzas políticas. Aún así mantendría su mayoría absoluta hasta 1996.

3. Del Partido Dominante al Bipartidismo imperfecto.

Llegados a este punto del artículo, como nos hemos referido a lo largo del mismo el sistema de partidos ha vehiculado del pluralismo moderado desde su fundación hasta llegar al bipartidismo imperfecto dentro de la competición a nivel nacional.
Desde las elecciones de 1993 hemos asistido a la consolidación de este sistema de partidos caracterizado por los siguientes patrones de comportamiento;
PP y PSOE son los únicos partidos en la actualidad que están presentes con fuerza en todo el territorio nacional y solo ellos están en condiciones de alternarse en el gobierno de la nación y en la mayor parte de las Comunidades Autónomas, siendo la clave de la gobernabilidad en las otras[3].

A partir de las elecciones de 1993 se vuelve a recuperar, en cierto modo, la tensión competitiva entre las fuerzas políticas con aspiraciones de gobierno ausente durante las elecciones celebradas en la década de los 80. El PP ha logrado reorganizar todo el espectro político del centroderecha y se completa la fase inicial del llamado viaje al centro.[4]

Estos dos partidos han ido progresivamente acaparando el voto de los electores del 60% de los votos en la legislatura inaugural hasta el 80% de las elecciones del 2004. Desde 1993 hasta 2004 la suma de votos que aúnan los dos grandes en términos porcentuales ha ido creciendo hasta tocar techo en los comicios electorales de 2004. Veamos de forma gráfica dicha tendencia.

1993 Suma de Votos PP/PSOE: 73,6%
1996 Suma de Votos PP/PSOE 76,4% +2,8
2000 Suma de Votos PP/PSOE 78,7% +2,3
2004 Suma de Votos PP/PSOE 80,3% +1,6

Sólo IU y desde 2011 UPyD plantan cara al esquema bipartidista con presencia más o menos a tener en consideración en algunos territorios y cierta influencia para gobernar en alguna CCAA o Ayuntamientos. En este particular el peso y la trayectoria histórica de IU se imponen sobre UPyD.

Junto a este patrón Bipartidista (PP-PSOE) nos podemos encontrar una franja en entorno al 10% en términos de apoyos electorales que recae en 7 o a lo sumo 8 partidos nacionalistas que de forma más o menos continuada obtienen representación parlamentaria a nivel nacional. Estos partidos están llamados al ser clave para la gobernabilidad en el supuesto que los dos grandes (PP-PSOE) no alcancen la mayoría para poder gobernar en solitario. Aquí radica la  esencia del bipartidismo imperfecto en España dos grandes partidos con serias aspiraciones de alternancia en el poder que echan mano de los partidos nacionalistas cuando no alcanzan la mayoría absoluta para gobernar en solitario.

Así pues desde 1996 nos podemos encontrar ejemplos puros de dicho bipartidismo puesto en práctica. Las legislativas de 1996 son las elecciones del cambio o alternancia en el poder. El PP gana las elecciones por apenas 300.000 votos a su adversario político principal el PSOE. Los populares liderados por Aznar obtienen el 38,8 % de los votos y el 45 % de representación parlamentaria seguido muy de cerca por el PSOE con el 37,6 % de los votos y el 40% de representación parlamentaria[6].

IU, el otro partido nacional se recupera tímidamente del vendaval socialista de la década de los 80 y logra conseguir el 10,5 % de los votos traducidos a 21 escaños.
El resto de opciones políticas que obtuvieron representación se ciñen a siete partidos de ámbito regional: Los vascos representados por PNV-EA y HB. Los catalanes con CiU y ERC. Los canarios con CC y por último después de varios años los gallegos con el BNG. Estos partidos suman aproximadamente el 10% de los votos y 31 escaños.

Efectivamente con los datos expuestos el PP no alcanza la mayoría suficiente para ejercer el poder en solitario. Por ello está obligado a entablar conversaciones con los partidos nacionalistas con el objetivo de recibir el apoyo parlamentario necesario de estos investir a José María Aznar presidente del Gobierno. En efecto, en esta legislatura, el PP tiró de los nacionalistas catalanes de centroderecha bajo la etiqueta de Convergencia i Unió siendo la bisagra necesaria para acceder a la gobernabilidad.

En las elecciones de 2004 y 2008 la misma tónica. En este caso el protagonista es el PSOE que no logra hacerse con la mayoría absoluta y necesita de socios para ejercer la gobernabilidad. Y de nuevo, los protagonistas son los partidos nacionalistas. Las legislativas de 2004 el PSOE gana las elecciones con el 42,6 % de los votos tras una campaña dónde se movilizaron un porcentaje muy importante de votos. El PP obtiene el 37,7% de los votos. IU con el 4,9% y sus 5 escaños se convierte en socio preferente del PSOE junto a los nacionalistas catalanes de Esquerra y los gallegos del BNG.

¿Qué ocurre en las citas electorales de 2008 y 2011?
A modo introductorio podemos decir que las legislativas de 2008 fueron unas elecciones en las cuáles de forma tímida el electorado acuso la fátiga bipartidista del bloque PP-PSOE aunque fue en las pasadas elecciones de 2011 cuando dicha fátiga se hizo notar de forma más considerable. Un dato que nos va a servir de antesala para la reflexión y el análisis final de este trabajo en el cuál hemos repasado de forma cronológica el sistema de partidos en España para llegar plantearnos si efectivamente las próximas elecciones abrirán un nuevo periodo en el sistema de partidos.

Desde que se inauguró el sistema bipartidista imperfecto como sistema de partidos tanto PP/PSOE habían sumado cada vez más votos y escaños. El pico máximo nos lo encontramos con el 80,3% de los votos y 312 de los 350 escaños de la Cámara Baja repartidos entre las dos fuerzas políticas mencionadas. En las elecciones de 2011 se rompe dicha tendencia bajando en casi diez puntos porcentuales la suma de votos obteniendo el 73 % de los votos que traducidos en escaños son 296  repartidos entre PP/PSOE.

El próximo capítulo trataremos de formular algunas hipótesis y dar respuestas a algunos interrogantes que nos planteamos ¿Tiene fecha de caducidad el bipartidismo a la española? ¿Cuáles son las causas que determinan el tener un determinado sistema de partidos y no otro? ¿Caminamos hacia un nuevo sistema pluralista de partidos?


[1] LLERA RAMO, Francisco José, (2010), Ob.Cit. Eds. Biblioteca Nueva, Madrid, pp 239-315.
[2]  LLERA RAMO, Francisco José, (2010), Ob.Cit. Eds. Biblioteca Nueva, Madrid, pp 239-315.
[3] LLERA RAMO, Francisco José, (2010), Ob.Cit. Eds. Biblioteca Nueva, Madrid, pp 239-315.
[4] Con viaje al centro hacemos referencia al proceso por el cual  el PP en su refundación bajo esta etiqueta electoral camina hacia una ideología más cercana al centro político (5) que a la derecha (7-8).

[6]  LLERA RAMO, Francisco José, (2010), Ob.Cit. Eds. Biblioteca Nueva, Madrid, pp 239-315.

lunes, 13 de agosto de 2012

El sistema de partidos en España. ¿Un posible cambio? (I)


El tema que abordaremos en estos dos capítulos versara acerca del sistema de partidos en España. Haré un recorrido histórico por los diferentes sistemas de partidos habidos dentro de la competición partidista en nuestro sistema político. En este primer capítulo nos centremos en el nacimiento y primera etapa del sistema partidista español, para continuar posteriormente con el resto de etapas y responder la siguiente cuestión, ¿se están sentando las bases para un posible cambio de sistema de partidos a medio plazo?

1. El pluralismo moderado.
La nota predominante que caracterizan al sistema de partidos en España se traduce en una inestabilidad notable si lo comparamos con los diferentes sistemas de partidos de nuestros vecinos Europeos. Desde que se inaugurase el periodo democrático en nuestro país surgido de la Constitución de 1978 y de la política consociativa [1] el sistema de partidos ha cambiado hasta en tres ocasiones.

Básicamente cualquier sistema de partidos debe de contar con, a mi juicio, tres elementos capitales. En primer lugar, la oferta partidista, es decir, los diferentes partidos políticos en liza. En segundo término, los apoyos electorales, la masa electoral. Y por último los elementos del Sistema electoral que hacen que un determinado partido obtenga representación en las instituciones democráticas.
Siguiendo la línea que emplease el politólogo italiano Giovanni Sartori, podemos clasificar el sistema de partidos español en tres periodos claramente delimitados. 1. Pluralismo moderado. 2.Partido dominante. 3. Bipartidismo imperfecto.

En las dos primeras legislaturas (1977-1979 y 1979-1981) el sistema de partidos se caracteriza por lo que se ha dado en llamar pluralismo moderado. Ahondando más en la cuestión podemos decir que existían dos grandes partidos a nivel nacional como eran Unión de Centro Demócratico liderada por Adolfo Suárez y el Partido Socialista Obrero Español encabezado por Felipe González. Ambas formaciones políticas representaban aproximadamente un tercio de los votos del electorado además de estar muy igualados en términos de apoyo electoral. El resto del porcentaje votos lo acaparaban dos partidos también de ámbito nacional como era Partido Comunista Español de Santiago Carrillo y Alianza Popular abanderado por el malogrado Fraga Iribarne. Estas dos fuerzas representaban el 10% de los votos y el resto del porcentaje estaba repartido entre los diferentes partidos de ámbito territorial, a saber, PNV, Esquerra Republicana, Partido Socialista Andaluz, HB entre otros.

Una serie de circunstancias marcaron las dos primeras legislaturas de Suárez y a la postre sirvieron de caldo de cultivo para que años después se inaugurara un nuevo periodo en el sistema de partidos.
En primer lugar la legislatura inaugural 1977-1979, se vio abocada a acotar su duración debido a la aprobación del Texto Constitucional en 1978.

Convocadas nuevas  elecciones en 1979 estas fueron ganadas por UCD abriéndose la segunda legislatura de la recién estrenada democracia. En este sentido, el gobierno centrista de Suárez no supo reponerse a la crisis interna de su partido dimitiendo este en 1981. En febrero de ese mismo año en la sesión de investidura del nuevo jefe del ejecutivo Leopoldo Calvo-Sotelo, se vio truncada por el intento de golpe de estado perpetrado por el General Antonio Tejero.

El sistema de partidos cambio en 1982 por las razones explicadas además de la caída en número de votos y fragmentación de UCD y el PCE unido al espectacular crecimiento en número de votos del PSOE en las elecciones de 1982, lo que dio lugar al nacimiento del nuevo sistema partidista español pasando del pluralismo moderado al de Partido dominante.



[1] LLERA RAMO, Francisco José, (2010) La política en España. Elecciones y partidos políticos. Eds. Biblioteca Nueva, Madrid, pp 239-315.

lunes, 6 de agosto de 2012

Relación entre Gobernanza y la Nueva Gestión pública. Una perspectiva comparada


Este artículo viene a recopilar las ideas principales que abordamos el pasado mes de Enero en el marco de un seminario dedicado a la Gobernanza y Nueva Gestión Pública de la asignatura Gestión Pública II y que vengo a rescatar debido a lo actual de su contenido en cuanto al tema de la reforma de las Administraciones públicas.

            Pretendo en días sucesivos dedicar varios post para el estudio de la Nueva Gestión Pública. Fundamental conocer los postulados que trae consigo esta corriente de pensamiento para comprender por los derroteros que se encamina la posible reforma de la Administración pública en los diferentes niveles administrativos que conforman la estructura orgánica del Estado y CCAA.

Desde diferentes tribunas y/o corrientes de pensamiento, especialmente arraigados en las diferentes Escuelas de Gestión Pública y Políticas públicas, se nos ilustra acerca de la necesidad de acometer la denominada reforma de la Gestión para con  los servicios públicos. Son muchos los argumentos a favor de este cometido y también muchas las voces discordantes de la reforma. En este sentido, de forma somera trataré de exponer una relación entre dos conceptos Gobernanza y Nueva Gestión Pública que inciden directamente en el fondo del asunto.

La idea de partida se circunscribe sobre el paradigma que vertebra el control e impulso de las grandes políticas públicas recae directamente sobre el gobierno de turno, digamos que es un monopolio intrínseco del ejecutivo. Esta idea se pone en tela de juicio a día de hoy por la irrupción de nuevas corrientes de pensamiento como son por un lado, la Gobernanza y por otro la Nueva Gestión Pública-NGP-.

Una idea que ambas corrientes asumen se centra en la crítica que vierten a las Administraciones Públicas, las tildan de inmovilistas y arcaicas en el sentido de ser prestadora de un determinado servicio público dado que estas se han aislado y han permanecido inmunes a la evolución de la sociedad en las que se insertan. Bajo el paraguas de este principio se construye todo el corpus teórico de ambas doctrinas con sus elementos comunes y discordantes.

Como digo, Gobernanza y NGP, sostienen una visión semejante a la hora de abordar la reforma. Las similitudes de estas parten del nivel operativo de la reforma de la administración como prestadora de servicios públicos además existen diferencias a nivel teórico en cuanto a su formulación.

a)      Elementos comunes. Gobernanza-NGP.
Visión cambiante del papel de los cargos electos (rol político de los gestores)
Apuestan por los resultados de la gestión. El punto de la reforma se centra en el hecho de que la Administración Pública se asienta en unos mecanismos anquilosados en otro tiempo y por ende no es capaz de evaluar los resultados finales de la gestión.
Líder político imbuido de una postura más cercana a la iniciativa empresarial (la NGP incide con más fuerza en este sentido) con el objetivo de poner en marcha la interacción entre redes y paternariados, utilizando recursos públicos y privados.
Servicios diversificados dirigidos al cliente (Ciudadano/administrado).

b)      Elementos discordantes. Gobernanza-NGP.
Una de las premisas que defiende  la teoría de la Gobernanza se sostiene en una visión positiva de la prestación del servicio público, quiere decirse que no es necesario adaptarse a la filosofía neoempresarial o ideales del sector privado para la prestación de un determinado servicio público. En este sentido, se apuesta por la mejora de la capacidad de gobierno creando alianzas entre la propia administración y los actores que se sitúen fuera de la organización burocrática. Redes=Gobierno y actores (Ciudadanos).

En cambio la NGP apuesta decididamente por la incorporación de los paradigmas empresariales para acometer la prestación de los servicios públicos con el firme propósito de ganar en eficacia y crear un campo de competencia, para valorar los costes reales de la prestación del servicio público.

Desde la Gobernanza se apuesta por la combinación de recursos públicos/privados.
La NGP defiende la introducción de competencia en la gestión de la Administración siguiendo la línea empresarial aplicada a la gestión pública.

jueves, 2 de agosto de 2012

Código del buen gobierno local. Una perspectiva de análisis a través de la Ciencia Política.



El debate acerca de la importancia de los gobiernos locales, la gestión de los mismos y el hecho manifiesto de aproximar a la ciudadanía a  la democracia como un todo, está en boga en una parte muy importante de los estudios que trae consigo la ciencia política en nuestros días.

El municipalismo se entroniza como canalizador de un ente abstracto y un tanto etéreo como es la democracia. En la mayoría del los casos, los entes locales, han sido el canal por el que vehicula todas las políticas públicas que configuran el Estado del Bienestar y en última instancia son los ciudadanos de estos núcleos los beneficiarios directos de las mismas.

 Los municipios son el punto de encuentro más cercano entre sociedad civil e instituciones democráticas. Por ello, los defensores del municipalismo como uno de los pilares base de nuestra democracia, entienden la necesidad de avanzar aún más si cabe en la autonomía de los entes locales para hacer efectivo el fin último de la democracia, generadora de la igualdad de oportunidades entre la colectividad de individuos.
   
 La coyuntura actual invita a replantearse el modo de gestión de los titulares del gobierno municipal. La cada vez más exigente ciudadanía clama a la clase política local una mejora en la gestión acompañada de resultados constatables. En este contexto, el código de buen gobierno local se hace necesario para dar respuesta a esta sociedad civil que ven como los gobiernos locales necesitan transformar los patrones anteriores y regirse por una nueva forma de entender la lógica del municipalismo.

Conscientes de estas demandas, el Consejo de Poderes Locales y Regionales del Consejo de Europa ha confeccionado una suerte de manual que recoge las pautas de comportamiento de las autoridades locales destinadas  a las diferentes regiones y municipios de la Unión Europea.

 A primera vista, nos sobrevuela una serie de cuestiones, ¿es imprescindible la puesta en marcha de un código que regule el comportamiento de los gobiernos municipales?, ¿se está en cierto modo menoscabando el programa político del gobierno local con la imposición de este código ético?

El objetivo principal de los llamados códigos de conducta para la integridad de los representantes locales electos aboga por recuperar un aspecto que entendemos capital para el mejor funcionamiento en la relación reciproca ciudadano-clase política.
 La confianza como valor político entre elector y represente político ha estado expuesta a un deterioro y a día de hoy en muchos casos esta brilla por su ausencia. Ello ha dado lugar a fenómenos como la desafección política de una parte del electorado que enjuician de forma negativa la gestión política de sus gobernantes. Esta desconfianza se traduce en multitud de casos de mala gestión, corrupción unida al clientelismo y porque no decirlo, una ausencia de transparencia en la gestión. Dichos elementos han creado el caldo de cultivo necesario para el nacimiento de la  desconfianza entre una buena parte de la ciudadanía.

En este sentido, la democracia sin confianza esta llamada a fracasar. Por ello se hace necesario establecer los mecanismos necesarios para insuflar una dosis de este valor político a los actores implicados en la res pública.

El código establece la máxima de que no se puede imponer obligaciones sin que se ofrezcan garantías que permitan a los representantes locales y electos cumplir sus deberes, en este sentido, las indicaciones puestas de manifiesto en el código no coartaran la libertad del gobierno municipal en el ejercicio de su mandato.

¿Cuáles son los principios que pregona el Código del Buen Gobierno Local?
Nos podemos encontrar con cuatro rasgos diferenciadores que el mencionado código de buenas prácticas pone de manifiesto. La gestión y calidad  de los recursos municipales, la democracia participativa son las notas dominantes en este sentido. Si nos detenemos en la lectura que hacen referencia a la gestión, nos topamos con conceptos tales como eficiencia, modernización, austeridad, cercanía con la ciudadanía, transparencia, equidad, evaluación etc. Traigo a colación dichos términos porque el discurso que se pretende dar al código no se escapa de las formulas que traen consigo la doctrina de la NGP, es decir, la actuación en cuanto a la gestión de los servicios municipales se adecuan en cierto modo a la corriente de reforma de la administración pública abanderada en buena medida por la Nueva Gestión Pública.

Desde el ámbito de la democracia deliberativa encontramos novedades que tienden acercar al conjunto de la ciudadanía con las instituciones políticas municipales. Estas actuaciones se traducen en una apuesta por la interactividad constante entre los ciudadanos y la administración local con el propósito de establecer los mecanismos necesarios para que los entes locales se nutran de los verdaderos problemas socioeconómicos dados en la comunidad de individuos. Esta idea, se conecta con la defensa de una administración dialogante y receptora de las demandas sociales que en el medio plazo puedan cristalizar en política pública.

Un paso previo para hacer  efectivo lo expuesto anteriormente, se dirige al hecho de educar en valores cívicos y de participación a la sociedad con el fin de crear en esta una conciencia participativa que interactúe con el poder local.
Pero ¿es posible llevar a la práctica estos principios? En determinados ámbitos la aplicación es harto compleja pero no imposible. En municipios donde la población es pequeña. Eso es otro debate, que evidentemente no podemos obviarlo y debemos tenerlo presente para conciliar teoría con práctica.

Presentación "Entre el agua y el viento"

¿Por qué "Entre el agua y el viento"? ¿Cuál es su razón de ser? Seré breve en este primer post de bienvenida o inauguración como prefieras. 

Seleccione esta denominación para el blog por dar tributo, a mi entender, a este rincón que ese expande a lo largo y ancho del valle que conforman las dos Sierras (Agua y Viento) que lo flanquean a modo de muralla natural, Guadalcanal pueblo que me vio crecer y el cuál me siento muy orgulloso de ser un vecino más de esta villa que un día fue santiaguista para siglos después pasar a formar parte de Andalucía. 

Pretendo con este espacio mostrar a los lectores, que por él se asomen, una análisis de la actualidad política a través de la reflexión estrictamente ajustada a los principios y variables que conforman la disciplina de la Ciencia Política y los derivados de la misma. 

Espero que sea de tu interés los diferentes artículos, comentarios, etc que darán forma al blog en los próximos meses. EMPECEMOS A CONSTRUIR "ENTRE EL AGUA Y EL VIENTO".