PLANTEAMIENTO GENERAL.
En
estos días hemos asistido a la reapertura del debate público acerca del cambio
de modelo organizacional del Estado español. Los protagonistas de reabrir el
mismo lo encarnan los máximos responsables del principal Partido de la
oposición, PSOE, al hilo de las declaraciones de corte independentista
provenientes del Gobierno catalán y una parte de la sociedad de esta Comunidad,
que aboga por la secesión del Estado español como alternativa, a la salida de
la crisis. Es lo que plantean, otra cuestión es que la misma se pueda
materializar constitucionalmente hablando[1].
Son
muchas las cuestiones que me sobrevuelan a saber; En primer lugar ¿La CE contempla el cambio de
la Organización territorial del Estado? ¿Es consciente la gran mayoría de la
sociedad española la necesidad de seguir manteniendo la actual distribución
territorial del poder o sustituir dicho modelo autonómico por otra variante que
responda mejor a las demandas y necesidades del pueblo español? ¿Están los
diecisiete territorios autonómicos preparados para asumir un hipotético cambio
en la lógica de la distribución funcional del poder para con el Estado central?
En
este sentido, los llamados territorios históricos, especialmente Cataluña y
País Vasco argumentan la necesidad de revisar el art 148 de la CE con el
objetivo de avanzar en un mayor autogobierno del tipificado en dicho precepto
constitucional. Buena parte de la clase política de ambas comunidades han
tomando conciencia sobre la cuestión de ganar en autonomía política y acercarse
a los principios constitutivos del modelo federalista. El hándicap principal es
si determinados gobiernos autonómicos de menor entidad como Región de Murcia,
La Rioja entre otras, están capacitados
para caminar de la mano del federalismo como modelo de Estado.
De
momento, el debate está incluido en la agenda política de algunas Comunidades y
parece que, en el medio plazo, uno de los grandes partidos de nuestro país PSOE apostará de manera más decida, si no lo hace ya, por el federalismo como modelo de Estado para España.
A continuación expongo, de forma sucinta, unas
pinceladas acerca del origen del Federalismo y su evolución hasta la actualidad,
para después tratar las principales características del Modelo Federal. Mi
propósito es que este sencillo ensayo de pie
a la reflexión de quién lea estos párrafos y construya a posteriori, una opinión sólida para
defender o desechar la opción del federalismo como vía de escape a la crisis
del Estado autonómico español.
1.-
ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LAS FEDERACIONES DE ESTADO.
Josep María Vallés nos cita tres razones
fundamentales para arrojar una explicación teórica que pueden determinar la
construcción de un Estado federal.
En
primer término, la voluntad de integrar en una unidad política única a
entidades previamente existentes, poniendo en común recursos y competencias que
aseguren mejor su viabilidad frente a desafíos exteriores[2].
En la práctica el nacimiento de los Estados Unidos y Suiza se debió a este
factor donde estados previamente existentes acordaron adherirse a una
Federación de Estados para combatir la amenaza que ponía en boga su existencia
como entes.
Otros
de los supuestos que nos podemos
encontrar versan acerca de la necesidad de construir un Estado, en base a una
sola unidad estatal, que aglutine a una serie de territorios diversos unidos
por la dependencia colonial de una misma metrópoli. Tal es el caso de varios
países de América Latina, Australia, Canadá entre otros.
En
última instancia la Federación puede cristalizar de la voluntad del poder
político para desconcentrar el mismo en diversos niveles de poder que vengan a
dar respuesta a las particularidades culturales, sociales, económicas o de otra
índole de un Estado Unitario. Así pues, nos podemos encontrar diferentes
ejemplos; Alemania tras la II Guerra Mundial o Bélgica después de 1980.
La
evolución de los Estados federales ha supuesto una mayor cooperación entre la
Federación y los territorios federados, con el firme propósito de hacer frente
a problemas colectivos que ya no son solubles con la sola intervención de un
único nivel territorial[3].
Esta cooperación interterritorial exige la puesta en marcha de mecanismos
tendentes a la coordinación de políticas públicas destinadas a dar una
respuesta eficaz a las demandas ciudadanas.
Dicha
evolución de los Estados federados ha ido de la mano de la progresiva
descentralización del poder político acaecida en los llamados Estados
unitarios. En estos Estados se ha producido, de forma gradual, una
redistribución del poder siguiendo fórmulas híbridas cercanas al federalismo.
La necesidad de distribuir el poder político en otros niveles de gobierno
responde a dos necesidades políticas: De una parte, adecuar las demandas
sociales singularizadas que un poder muy centralizado no puede identificar. De
otra, se propugna una mayor facilidad para exigir responsabilidades a quienes
deciden en representación de los destinatarios de la decisión[4].
2-.
PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE UN ESTADO FEDERAL.
La
distribución territorial del poder se establece en buena medida sobre dos
corrientes o modelos: Estado Unitario,
con sus variantes y Estado compuesto.
El
rasgo definitorio de los Estados Compuestos responde a la necesidad de
distribuir el poder entre Instituciones que controlan ámbitos territoriales
diferentes. Existe, por tanto, un acuerdo primigenio para compartir el poder
entre niveles de gobierno dándose la particularidad de que un centro político
pueda imponer su política al resto de Instituciones habidas dentro del Estado.
En
efecto, los Estados compuesto defienden el principio de coordinación horizontal
para llevar a cabo la repartición del poder político e institucional en
detrimento de la lógica jerárquica sobre este particular propia de los Estados
Unitarios.
El
Estado Federal responde a estas premisas siendo pues el caso más frecuente de
lo que hemos dado en llamar Estado compuesto. El mismo agrupa entidades
políticas que reciben una nomenclatura diferente según la tradición política del
lugar. Así pues en Estado Unidos, padre del federalismo como modelo
organizacional de Estado, las entidades territoriales responden al nombre de
Estados. También utilizan dicha denominación países como Brasil o India.
Diferentes nombres en otros Estados como Alemania länder, cantones en Suiza o provincias en Canadá.
El
modelo federal no responde a un único modelo dado que cuenta con diferentes
configuraciones dependiendo del Estado en el que nos encontremos. Sin embargo,
tomando como referencia a los padres del federalismo EEUU y a posteriori
Suiza, podemos dibujar unas características generales de Estado Federal:
1- Una
distribución constitucional de competencias que corresponde de forma inequívoca
a la Federación de Territorios y dejando el resto para los Estados o cantones
federados. Un ejemplo de competencias exclusivas de la federación de Estados
son defensa, la política monetaria, la
política exterior entre otras. Se trat por tanto de señalar que competencias
pertenecen a la Federación y cuales a los territorios federados a la misma.
2- Papel
determinante de cómo se efectúa la
distribución competencial en materia tributaria y fiscal, especificando que
competencia corresponde a la Federación y cuales entre los territorios
federados señalando así el límite para establecer tributos en estos últimos.
3- La
creación de Instituciones federales (Parlamento, Gobierno Federal, Tribunales
Supremos etc.) donde participen en su composición los territorios federados de
forma relevante para los intereses de ambas entidades (Federación y Estados
Federados).
4- Muy
importante que cada territorio federado posea una Constitución propia que
establezca cada una de las instituciones de Gobierno.
5- En
el supuesto caso de conflictos entre territorios federados o un territorio
específico con la Federación es necesario establecer un Tribunal Federal que conozca y dirima dichos enfrentamientos.
3.
LAS FEDERACIONES EN EL MUNDO.
Según
la publicación del Handbook of Federal Countries (2002)[5]
más del 40% de la población mundial vive en estados cuya estructura corresponde
a una lógica federal o parafederal sumando un total de 25 federaciones
repartidas por los 5 continentes. Los principales estados federales son Estados
Unidos, India, Rusia, Brasil, México, Alemania, Canadá, Suiza, Australia,
Argentina, Austria, Malasia y Bélgica.
4.
CONCLUSIONES.
Lo
expuesto en los párrafos anteriores no es más que las líneas maestras
configuradoras de una posible alternativa para abordar el cambio organizacional del
modelo de Estado en nuestro país. La realidad es compleja, puesto que en dicho
proceso intervienen una amalgama de actores, instituciones, intereses difícil
de conciliar si no es por la vía del consenso. La tendencia actual en relación
a la distribución territorial del poder está marcada sobremanera por el
fenómeno de la globalización de la política que nos lleva a dibujar un
escenario cada vez heterogéneo y difuso.
La
nueva configuración de la distribución territorial es fruto de la integración
de los dos modelos clásicos: Por una parte se intenta hacer acopio de los
postulados integradores propio del modelo unitario para combinarlos en segundo
término con la lógica pluralista del poder que trae aparejado el modelo federal.
La preguntas está abierta ¿Hacia qué modelo de Estado camina España?
Es hora de buscar respuesta desde diferentes disciplinas y enfoques.
[1] Sobre
este particular estamos trabajando para ofrecer un monográfico acerca del
Independentismo catalán desde la óptica de Derecho Constitucional y la Ciencia
Política.
Fotografía: Extraída de; http://amillan.wordpress.com/2012/04/03/una-ue-federal-pero-no-como-todos-pensamos/
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